Los campesinos mayas identifican diferentes clases de suelo, con base en la observación de características como: color, pedregosidad –según el diámetro de los fragmentos más gruesos: de 75 a 600 mm–, rocosidad (trozos cuyo diámetro es mayor de 600 mm), contenido de grava (fragmentos gruesos, con diámetro de 2 mm a 75 mm), profundidad, textura, estructura y drenaje; es decir, las propiedades del suelo de uso universal están consideradas en las clasificaciones indígenas de los suelos. Analizan, así mismo, la vegetación y la posición del suelo en el relieve, la superficie que ocupan, son los elementos que constituyen criterios de diferenciación en algunos sitios particulares.

Muchas de estas características son utilizadas por la Base de Referencia Mundial de Suelos, denominada WRB, por sus siglas en inglés. El conjunto de nombres mayas ha sido ordenado a manera de una clasificación formal de suelos, logrando un esquema de clasificación muy semejante al de la WRB, como puede observarse en la figura.

En la WRB se juntan los suelos rocosos y pedregosos que dan lugar al grupo Leptosol (suelos poco profundos), pero la clasificación maya tiene a bien separarlos, y son éstos los suelos de mayor superficie a escala mundial: ocupan alrededor de 24% de la superficie mexicana y cubren más de 80% del territorio yucateco. Con esta extensa superficie es lógico pensar
que los mayas fueron experimentados conocedores de los Leptosoles. La descripción detallada de los otros suelos se encuentra en el artículo titulado “La clasificación maya de suelos” y en el artículo “Construction of an Yucatec Maya soil classification and comparison with the WRB framework

Importancia de la clasificación maya
Los nombres mayas de los suelos pueden organizarse para formar una clasificación, como se ha hecho en este trabajo, a partir del esquema de la clasificación internacional de suelos. La clasificación maya incluye las propiedades de la capa arable en sus dimensiones (2D), a manera de mapa (longitud y latitud, o X e Y); así como la tercera dimensión (3D), ya que se toma
en cuenta la profundidad del suelo (Z).

El conocimiento maya sobre los suelos puede ser utilizado en otras zonas de karst (piedra caliza) ubicadas en todo el mundo, y trascender el nivel local, pues la cabal comprensión de esta clasificación puede ser utilizada para mejorar la internacional, ya que la primera hace énfasis en los suelos con espacio reducido para el crecimiento de las plantas en suelos someros poco profundos o Leptosoles, en cuyo conocimiento los mayas son expertos, por ser los de mayor extensión en las zonas tropicales kársticas.

La clasificación maya de suelos y la WRB son complementarias; al utilizarlas conjuntamente, se obtiene información valiosa sobre las propiedades del suelo, y a un nivel máximo de detalle, lo que no se logra de manera aislada. En consecuencia, se recomienda:

  1. enseñar la clasificación maya de suelos en las universidades regionales (península de Yucatán, Belize y Guatemala)
  2. utilizar la clasificación maya de suelos como medio de comunicación entre científicos y campesinos, lo que conduciría a mejorar el conocimiento edafológico de la península de Yucatán y del país.